Sobrepeso y obesidad: la detección precoz es clave para la prevención
Los malos hábitos en la alimentación y la baja actividad física que realizan los argentinos ponen en peligro la salud.
La Secretaría de Gobierno de Salud y el INDEC presentaron los resultados de la 4° Encuesta Nacional de Factores de Riesgo realizada en 2018, representativa de lo que pasa en todo el país. Según los datos que arrojó el sobrepeso y la obesidad aumentaron entre un 61% y un 66%, dado que el primer valor toma en cuenta el autorreporte y el segundo, el dato real.
No se puede determinar exactamente de cuánto es el incremento debido a que en los censos anteriores se le preguntaba a la gente la percepción respecto de su peso, pero no se la pesaba ni medía. Este procedimiento siempre es erróneo, ya que en general la percepción está por debajo del peso real.
La prevalencia de baja actividad física también se vio agravada. Mientras que en la edición anterior el sedentarismo era del 54%, en esta encuesta alcanzó el 65%. La presión arterial había estado en el 34% y ahora trepó al 40% y el colesterol se elevó al 38,9%. Este último indicador revela que si bien la gente dice ponerle menos sal a la comida, este mineral no es la principal fuente de sodio que, en cambio, se encuentra en gran medida en los panificados, los enlatados, las conservas y los fiambres y embutidos de gran consumo en el país. Como consecuencia, la hipertensión afecta a 4 de cada 10 argentinos mayores de 18 años. Por eso es necesario reducir el consumo de sodio en la población y serían de gran ayuda, programas que enseñen cómo cocinar con poca plata y de manera saludable. (…)
Otra alternativa sería alentar a las personas a tomarse la presión y lograr que la industria disminuya el contenido de sodio de los productos. Por otra parte, los accidentes cerebrovasculares o infartos generan una gran carga personal, social y económica porque no están debidamente controlados los factores de riesgo que los provocan. Es clave promover la disminución de la cantidad de grasas animales, el azúcar y las calorías por porción, ya que esto último favorece la epidemia de obesidad que afecta al 66% de los argentinos. Además de las campañas y programas de educación, es urgente hacer lo imposible para bajar los precios de las frutas y las verduras para facilitar el acceso.
Hay dos fuentes de información sobre lo que comemos que son inadecuadas: las etiquetas, incomprensibles para el consumidor, y el marketing, especialmente dirigido a los niños. Es necesario un etiquetado frontal que realmente ayude a la selección saludable de alimentos y una regulación para el marketing. Éstos y otros cambios solamente podrán llevarse a cabo con todos los sectores, incluida la Industria, involucrados en el problema. (…)
Por Dr. Alberto Cormillot
Fuente: Revista Isalud